A veces quisiera
que dieras la vuelta;
que en un arrebato de libertad
abrieras la jaula y volaras.
A veces quisiera
que confesaras que hace tiempo
no hay tambores en tu pecho,
y que el pasado te otorgó
mejores sueños incompletos.
A veces quisiera
que al abrir la puerta de cariños
yo estuviera en un rincón
y que el sillón eterno de la espera
fuera más real que ficticio.
A veces quisiera
que cortaras mi piel con rechazos
y luego incrustaras de a poco
besos impropios de limón.
A veces quisiera
que más que pétalos fueran espinas
esas caricias tuyas
y que hubiera cicuta en tus labios
para morir en un gran viaje.
A veces quisiera
que más que pétalos fueran espinas
esas caricias tuyas
y que hubiera cicuta en tus labios
para morir en un gran viaje.
A veces quisiera
que apagaras el fuego
tarde
muy tarde
hasta tenerme calcinado
con cada tacto en el recuerdo.
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