miércoles, 8 de agosto de 2018

Te convertirás en Van Gogh

Arráncate la oreja. 
Mejor las dos. 
Revienta tus tímpanos. 
Deja que sanen de a poco 
con la suavidad de sus palabras. 
Sólo debes permitirte escuchar tus pasiones, 
tus pálpitos. 

Arráncate los oídos 
para ignorar los ruidos de fuera;
para que las bocas ajenas callen
al presenciar tu alegría.

Arráncate la oreja.
Mejor la dos. 
Porque sólo en tu sordera
podrás escuchar a los dioses;
Beethoven lo descubrió hace tiempo.

Arráncate los oídos.
Aunque te llamen loca
y no sepan más que gritar
lo que las almas pequeñas no entienden.

Arráncate la oreja.
Mejor la dos.
Porque así te convertirás en Van Gogh,
y tu amor se volverá
el arte que pocos comprenden,
pero que sin duda añoran.

Arráncate la oreja
por favor.





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Quiero llevarte al cielo en los brazos de un Agosto sin prisa, quiero sentir la brisa robarle al sol la sonrisa como lo hacía el abuelo...